"EL ARCA DE SAN MARTÍN"

San Martín… Sabe 'el lince' que justo hace 193 años, en febrero de 1817, cruzó el general San Martín los Andes, cien leguas de cordilleras por el Camino de los Patos, donde, como escribió él mismo, “lo fragoso del piso se disputa con la rigidez del temperamento”. Una de esas figuras decimonónicas que hablan de un mundo de ideales compartidos a través de los océanos, y de palabras nobles que entonces unieron a los que enfrentaron el imperialismo absolutista en guerras poco cruentas.
Pero no debe despistarse de su tema. Aquí, donde un animal calzado empieza a sentirse pronto como en su propia casa, la tercera pregunta es: ¿cómo culminan esos estudios cuando la ambición del veterinario es tratar a sus pacientes de modo y en lugar profesional y personalmente adecuados?
En esta nave de Noé no hay una pareja de cada especie animal, ni un patriarca visionario con cayada, ni se sueltan palomas o cuervos para inquirir el final del último diluvio. Sí hay, como en la cotidianidad de aquella otro arca, convivencia frecuente entre animales de varias especies...

Así que el lince se encuentra aquí, entre el perruno herido y la Mafalda ágil, tan cómodo como pueda estarlo un animal imaginario que va a ver, ni más ni menos, que al médico de animales, al veterinario especializado, al eximio cirujano… y espera.... a ser atendido....

No niega sentir cierta inquietud… Se pregunta si alguna vez tendrá que pedir cita aquí por algún accidente, achaque o enfermedad. Cruza, como puede, sus pezuñas descalzas, e intenta relajarse…