sábado, 22 de mayo de 2010

"LA DISPERSIÓN DEL MOSTAJO"



He aquí el mostajo, de nombre científico “SORBUS TORMINALIS”. Los rayos del sol de mayo en la Garganta Salóbriga, en plena comarca de Villuercas, descubren en sus hojas caducas un verde amoroso que tornará hasta el rojo fuerte allá en otoño. El 'lince con botas' arquea el lomo de agrado por un nuevo reencuentro con el GRUPO DE INVESTIGACIÓN FORESTAL del Centro Universitario de Plasencia, y su enciclopédico saber acerca de un árbol amenazado por los usos antrópicos alrededor de su dispersos habitats, que quieren montaña en Extremadura y no suben del llano en Francia, que lo mismo se encuentra en Oriente que flirtea con el frío escandinavo. Como el tejo, el carballo, el loro y el abedul, el mostajo es durante el pasar de las estaciones objeto de sus pesquisas para, haciendo alarde de su coherente optimismo y convicción, planear y conseguir su conservación. Mientras otros sobresaltan el planeta, ellos ofrecen a estos seres milenarios las disculpas y el auxilio que bien merecen.Estrategias de reproducción asexual…Un asunto muy interesante tratándose de seres vivos que no pueden moverse un centímetro más allá de la imaginación de Tolkien. ¿Quiénes se desplazan por ellos dispersando sus semillas?. Son los primeros días de noviembre y aquel sol radiante se ha hecho cargo de sus obligaciones, tornando a un gris alumbrador de lluvias. Un grupo de seres humanos campa por las laderas pedregosas de la misma garganta Salóbriga a la búsqueda de respuestas, en este caso en forma sólida y odorífera. El lince con botas presta oídos y ojos a un trabajo de campo que se cuestiona husmeando el rastro de mamíferos qué veredas emplea, y hasta dónde y cómo puede llegar y sobrevivir, la futura prole de un mostajo

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