sábado, 12 de junio de 2010

"LA TABERNA DE LA ACEÑA"



Uno de los episodios tristemente inéditos de la serie, el dedicado en el ya lejano 2002 a este negocio familiar en la raia.
Una taberna, una tasca como es debido, puede ser más o menos seductora y según qué ojos la miren tendrá una dimensión poética, u otra casposa...Lo que no admite discusión es que, en todas aquellas que sobreviven, un hecho prodigioso acude en auxilio del parroquiano: el tiempo se detiene, nada es igual de puertas afuera a puertas adentro... Si diríase que el tabernero nació y pernocta en el interior de su cueva, no menos se puede decir del cliente habitual, acodado en la barra contra viento y marea, aunque a menudo se sospeche que vuelve a su propia casa a la funesta hora del cierre...El ascetismo del bar, su finísima caracterización de varias épocas fundidas, le confiere más dignidad que la de los palacios desangelados y rutinarios por dónde se mueve hoy el consumo de alcoholes y refrescos.
En la Aceña de la Borrega, una piedra de molino saluda a los pies del visitante de “Casa María”, o “Casa Emilio”, según se distinga entre la jefa o el jefe del establecimiento...”Aceña”, estudia el lince con botas, deriva de la palabra árabe para “molino harinero”, de ahí la piedra en el suelo y el propio nombre de este caserío dependiente de Valencia de Alcántara, pegado a la raya con Portugal...


El negocio aquí no es solo taberna, también es un pequeño colmado que aún da servicio a sus más de doscientas almas, y ocupa el espacio de lo que antaño fuera salón de baile...Ciento y pico de años contemplan este cantina dónde, como en cualquier otra semejante, puede vivirse la eternidad en un solo día.

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